Y barato...para muestra, mi comida de hoy. Por la mañana, uno de mis desayunos favoritos: café con leche y un par de tostadas con aceite de oliva. Con calma, con mucha calma y saboreándolo como se merece. Desayunar con aceite de oliva es un hábito que tomé desde que hiciera el Camino de Santiago, hace ya unos cuantos años. Desde entonces lo uso con pan de molde o de barra tostado en mi plancha de asar Princess. Qué rico!
A mediodía me he tomado un plátano y una fruta de hueso que andaba por ahí, justo antes de la comida de plato, y después una tremenda ensalada que me he hecho con 4 hojas de una lechuga enorme, un poco de cebolla, un tomate de tamaño medio, taquitos de queso provolone y 4 rodajas de un calabacín hermosísimo que me regalaron mis vecinos y que he asado en la plancha; un poco de orégano, sal gorda, vinagre y aceite de oliva. Llevo más de una semana tirando del calabacín y aún no he llegado a su mitad. Para rematar, un café con leche y un poquito de dulce. Así que he matado varios pájaros de un tiro; he relajado mi tripa, que este fin de semana me pasé un poco, he comido muy muy sano, he tomado líquido y nada artificial, con lo que mi piel y mi pelo lo agradecen, y aunque ha sido una comida abundante no he acabado con un atracón y no me siento pesada, por lo que aún encima me siento muy bien.
Sano y barato, tan barato que todo ello no ha llegado al euro. Bueno sí...el caracol que me compré de capricho; estos días me estaba apeteciendo algo dulce.
No he olvidado beber agua durante toda la mañana y no olvidaré beber agua a lo largo de toda la tarde.
A mediodía me he tomado un plátano y una fruta de hueso que andaba por ahí, justo antes de la comida de plato, y después una tremenda ensalada que me he hecho con 4 hojas de una lechuga enorme, un poco de cebolla, un tomate de tamaño medio, taquitos de queso provolone y 4 rodajas de un calabacín hermosísimo que me regalaron mis vecinos y que he asado en la plancha; un poco de orégano, sal gorda, vinagre y aceite de oliva. Llevo más de una semana tirando del calabacín y aún no he llegado a su mitad. Para rematar, un café con leche y un poquito de dulce. Así que he matado varios pájaros de un tiro; he relajado mi tripa, que este fin de semana me pasé un poco, he comido muy muy sano, he tomado líquido y nada artificial, con lo que mi piel y mi pelo lo agradecen, y aunque ha sido una comida abundante no he acabado con un atracón y no me siento pesada, por lo que aún encima me siento muy bien.
Sano y barato, tan barato que todo ello no ha llegado al euro. Bueno sí...el caracol que me compré de capricho; estos días me estaba apeteciendo algo dulce.
No he olvidado beber agua durante toda la mañana y no olvidaré beber agua a lo largo de toda la tarde.
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